Usuário convidado
21 de setembro de 2024
Esto no es un hotel es una pensión. A nuestra llegada lo primero que nos sorprendió fue el cartel de fuera que está pegado con cinta americana. Al entrar en la recepción, nos sorprendió su tétrico aspecto, no solo por lo vieja que se ve si no también por su olor. Nos dieron la llave (la llave física no una tarjeta) de la habitación en el segundo piso, y ahí estaba la sorpresa, no hay ascensor . Tuvimos que subir cargando nuestras maletas. La habitación está "renovada", le han cambiado el baño, con un plato de ducha cuyo desagüe estaba atascado. No hay ningún sitio donde dejar el jabón en la ducha. En el baño no había ningún colgador para colgar las toallas ni ningún soporte para el papel higiénico. La cama es muy grande al igual que la televisión. La puerta de la habitación no cierra por dentro. El único aspecto positivo que le encontré fue que la habitación estaba limpia
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