Lourdes R
30 de julho de 2024
Me gustaría compartir mi experiencia por si de alguna manera, pudiera servir para que otras personas no pasen por la misma situación. Reservé una noche en el Hotel Ayamontinos de Punta Umbría para ir a la playa con mi madre y pregunté previamente sobre la disponibilidad de aparcamiento, ya que el hotel anuncia tener parking en su web. Me informaron que no tenían plazas libres para esa noche, pero que había opciones de aparcamiento cercanas con bonos para dejar el coche toda la noche. El día de nuestra llegada, un sábado en plena temporada alta de agosto, dejamos el coche en doble fila para hacer el check-in y dejar las maletas en consigna. El recepcionista, con una actitud irónica y entre risas, nos indicó que fuéramos a buscar aparcamiento. Pasamos dos horas buscando en los alrededores y en zonas más alejadas, pero no encontramos nada. Al intentar contactar con el hotel para pedir ayuda, nos indicó únicamente que siguiéramos buscando y que no podía ayudarnos sobre la diferencia entre las distintas zonas de estacionamiento ya que no estaba seguro (preguntamos por tema máximo de horas que el coche podría estar estacionado).Posteriormente, el teléfono pasó a estar comunicando constantemente. Mi madre, agotada de tanto buscar sin éxito, me pidió volver al alojamiento y pidio en persona nuevamente ayuda al recepcionista para encontrar aparcamiento en otro lugar o para ver si existía la posibilidad de cancelar la reserva y que nos reembolsaran el dinero ante la situación... Su respuesta fue, una y otra vez y entre risas, como si fuéramos inútiles “no es competencia nuestra que encuentren o no aparcamiento”. Incluso al pedirle que nos guiara con Google Maps a las ubicaciones mencionadas, su actitud fue despectiva, diciendo de malas formas que no nos ayudaría si nos poníamos irónicos (se me ocurrió preguntar si esa indicación exacta de la dirección si podía ser competencia suya..). Ante esta respuesta, después de mucho esfuerzo, encontramos un lugar para aparcar y pudimos por fin parar a comer algo y aprovechar algo de la tarde. Al día siguiente, intenté poner una reclamación al que decía ser el jefe de reservas (se negaron a identificarse de la forma que fuera), quien mostró la misma actitud irónica y desafiante. Mi madre, también fue objeto de sus burlas. Nos pusieron en duda, preguntando cómo íbamos a reclamar por no encontrar aparcamiento, y con esa actitud y ante lo desagradable que se estaba volviendo la situación, optamos por no seguir adelante con la reclamación para poder comenzar con el viaje de vuelta a casa un poco tranquilas. Es importante resaltar que esta reseña se enfoca exclusivamente en el pésimo trato recibido por parte del personal de recepción, y no en las instalaciones del hotel. En plena temporada alta de agosto, cuando los clientes pagan una cantidad considerable por su estancia, resulta inaceptable que el personal no se preocupe ni se ocupe de sus necesidades básicas, ofreciendo cualquier opción por mínima que sea.. (in
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